27.10.08

La M30 ahoga a los madrileños

Según un informe de la Comisión de Vigilancia y Seguimiento de la Gestión Integral de la vía del 26 de marzo de 2007 – y que sólo hemos podido conocer más de un año después -, “el coste final de la M-30 será de DIEZ MIL CUATROCIENTOS MILLONES DE EUROS”. Los Verdes de Europa, integrados en la Plataforma M30 No más coches y el Foro por la Movilidad Sostenible de la Comunidad de Madrid, nos opusimos al proyecto estrella del Alcalde tanto por su desproporcionado coste como porque su ejecución iba en contra de las necesidades de la ciudad en materia de movilidad, calidad del aire y salud pública y por su enorme coste medioambiental en el cauce y las riberas del río Manzanares, con la pérdida de miles de árboles y el deterioro numerosos parques y espacios verdes. Sí había otra alternativa, basada en el principio de que la ciudad (y la Comunidad de Madrid) necesitaban reducir radicalmente el uso del coche para conservar el patrimonio medioambiental y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Propusimos un bulevar circular que cerrara la herida que la autopista había ocasionado en el tejido urbano, con carriles reservados al transporte público incluyendo un metro ligero o tranvía que aliviara la saturada linea 6 del metro, para la movilidad ciclista y espacio para los peatones. Un Paseo de la Castellana circular que conservara los emblemáticos nombres del cinturón: Avenida de la Paz, Avenida del Manzanares y Avenida de la Ilustración. Una solución pacífica e ilustrada que recuperara el valle del Manzanares a su paso por la ciudad. No se trataba de facilitar la entrada diaria de un millón de vehículos al a almendra central, sino de ofrecerles suficientes aparcamientos disuasorios a lo largo del cinturón y un sistema de transporte público eficiente, para acceder a una ciudad pensada para las personas y no para las máquinas contaminantes. Nuestras peores previsiones se han cumplido: el coste real a pasado de los 4.800 millones de euros a 10.400. Las inundaciones de los túneles se han sucedido a lo largo de los meses, el espacio ganado al esconder los coches debajo de la alfombra sigue siendo un erial en el que nunca crecerán los árboles sobre el hormigón. La Comisión Europea dictaminó la obligación de la Declaración de Impacto Ambiental exigida por vecinos y organizaciones de acuerdo con la legislación vigente y el Ayuntamiento se comprometió ha hacer una evaluación de impacto ambiental “a posteriori”, que debería corregir y compensar los impactos a través de un proceso de información pública que permitiera a los afectados presentar alegaciones, pero nada de esto ha ocurrido. Sin embargo, pese a los catastróficos efectos de la ampliación de la M30, no puede considerarse un tema cerrado. Muchos problemas se han agravado, empezando por el alarmante endeudamiento del consistorio que impide dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos en cuanto a dotaciones ya previstas que se han visto afectadas por la moratoria a las inversiones. Es necesario afrontar la imperiosa necesidad de una LEY PARA LA MOVILIDAD SOSTENIBLE en la Comunidad de Madrid así como de Planes de Movilidad Sostenible en todos los municipios empezando por la capital, que permitan hacer compatible la movilidad con la salud, el patrimonio natural e histórico, los espacios públicos y en definitiva la calidad de vida. Como ya dijimos hace cuatro años: MENOS COCHES equivale a MÁS MADRID

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