20.9.15

Recuperar el Prado como Paseo y cambiar la cultura de la movilidad



“¡Se oye el agua de la fuente!” decía una vecina del barrio en el Paseo del Prado esta mañana. La fuente, los pájaros, la música… El Prado sin coches vuelve a ser un Paseo con paseantes de todas las edades, bicicletas, patinadores… El Prado y otros paseos de la ciudad fueron colonizados por el tráfico ruidoso y contaminante que nos mata poco con las enfermedades respiratorias, cardivasculares, cancerígenas, mentales…que produce. Recuperar el espacio de los coches, la calzada, para las personas, para la vida…es imprescindible para nuestra salud. Así lo exige la Directiva Europea de Calidad del Aire, la Organización Mundial de la Salud y el sentido común.
Un millón y medio de coches entran cada día al interior de la M30 dejándonos sus malos humos. En la almendra central de la ciudad la mayoría vamos andando, en transporte público y una creciente minoría en bici. Madrid no es ciudad para coches. ¿Por qué debemos de tolerar que entran tantos coches con sus malos humos?. Hay que quitarle espacio al coche en la ciudad para devolvérselo al peatón, el transporte público y la bicicleta.
Este es el sentido que tiene la propuesta de cerrar al tráfico el Prado para devolvérselo a la gente. Empezamos en el Paseo del Prado los domingos, pero el objetivo es transformar gradualmente la ciudad, para que la prioridad sean las personas caminantes –incluidos mayores, pequeños y personas con movilidad reducida- el transporte público y las bicis. ¿Ningún coche entonces? Los mínimos necesarios y los que queden prioritariamente compartidos y progresivamente Cero Emisiones, eléctricos.
Cerrar el Prado no es ni una ocurrencia ni un gesto retórico por la Semana Europea de la Movilidad. Es una apuesta estratégica por recuperar la ciudad, cambiar la cultura de la movilidad, quitarnos la boina de la contaminación y democratizar el espacio público.
Este año elige, cambia y combina como te mueves, es el lema europeo.  ¡Pruébalo!, cambia el coche por el transporte público, la bicicleta, caminar, una combinación de todo ello, tu salud te lo va a agradecer. También lo agradecerá la salud de toda la ciudad y del planeta.
El miércoles proponíamos un Pacto Ciudadano por la Movilidad y la Salud. Los argumentos y conclusiones de años de investigación de doctores como Elena Boldo y Julián Diaz Jimenez del Instituto de Salud Carlos III, son claros y rotundos. Estamos dilapidando nuestra salud con un modelo de movilidad que nos sale muy caro en vidas humanas, hospitalizaciones, tratamientos y bajas laborales.
El aire de Madrid no va a limpiarse por cerrar el Prado los domingos por la mañana. Es verdad. Pero nos permitirá disfrutar la ciudad sin coches y con aire limpio. Creo que a la mayoría nos va a gustar respirar aire limpio, oir música, pasear con la familia y disfrutar del llamado Salón del Prado. Nos gustará tanto que lo querremos también por la tarde, más delante los sábados y que acabe todos los días como Paseo de verdad, con transporte público y servicios cero emisiones, con bicicletas y muchas gentes paseando, haciendo ciudad. Al Prado deberán seguirle otros paseos, en el centro y en los distritos. ¡Que los paseos sean para pasear y las autopistas queden lejos de la ciudad!.
No va a ser fácil. La minoría que se desplaza en transporte privado contaminante, en coche, se aferra a sus privilegios. Algunos hablan de sostenibilidad financiera del transporte pública y recriminan a los usuarios que el 50% del transporte público se financie con los impuestos de todos. Olvidan que las infraestructuras viarias que han endeudado las instituciones públicas, se han financiado al 100% con dinero público, aunque sean utilizadas por una minoría que va en coche y contamina sin pagar billete ni peaje. ¡Hasta las radiales de peaje han tenido que rescatadas con dinero público!. El coche, la carretera, no paga por el uso de la calzada y la autovía, como hacemos los usarios del metro y el autobús. Democratizar la movilidad es que todas respiremos aire limpio y vivamos en un entorno saludable y adecuado para nuestros hijos y nuestros mayores. Eso pasa por disminuir el uso del coche. No hay otra alternativa.





Es sabido que en Oslo cerraron la ciudad al tráfico con mucha oposición inicial. Cuando la gente lo disfrutó votó a favor en el Referendum que se hizo. En Londres el congestion charge, la tasa de entrada, ha tenido una aceptación creciente.
Más allá de que episodios de alta contaminación obliguen al Ayuntamiento a restringir el tráfico para cumplir la Directiva de Calidad del Aire, la cultura de la movilidad tiene que cambiar. Y para ello hay que modificar la pirámide de las prioridades: peatones, bicis, transporte público, vehículos compartidos cero emisiones y en último lugar el vehículo privado contaminante. El cambio sólo puede ser gradual y progresivo, como mucha pedagogía y participación ciudadana. Pero es imprescindible hacerlo.
Medidas como la peatonalización progresiva con las Áreas de Prioridad Residencial, las zonas cero emisiones, el calmado del tráfico -con un límite genérico de velocidad máxima a 30 Km/h en el casco urbano y contadas excepciones a 50km/h en vías preferentes y máximo de 80km/h en los accesos por autovías-, son ineludibles para mejorar la calidad del aire.
El pasado viernes 18, decenas de plazas de estacionamiento habitualmente ocupadas por los coches se convirtieron en pequeños jardines por unas horas en la jornada mundial del Parking Day. Como medida permanente fruto del Parking Day el Ayuntamiento va a proponer ajardinar los alcorques de los árboles con pequeños convenios con los vecinos, comerciantes y asociaciones. Es otra forma de recuperar espacio y vida en la ciudad.
Quedan dos días para acabar la Semana Europea de la Movilidad. El sábado y el domingo miles de bicis y paseantes han recuperado el espacio perdido en favor del coche. El martes, día sin coches, un cierre simbólico de cuatro horas en la Gran Vía señalará hacia donde queremos ir. Una ciudad progresivamente pacificada y liberada de los humos, del ruido, de los coches... No tiene sentido usar la Gran Vía, la Castellana o el eje Cea Bermudez/Mª de Molina para atravesar la ciudad de una autopista a otra. Ya hay bastantes alternativas de circunvalación. El aire, la vida, los residentes y visitantes de Madrid no admiten un millón de coches entrando cada día.
Cierto que el cambio no puede ser en dos días. Que será necesario mejorar el transporte público, particularmente entre puntos de la periferia, superando el actual sistema radial. Cierto que los cambios llevan tiempo y mucha pedagogía. Pero es el futuro. Hamburgo planea cerrar todo el centro de la ciudad, Milán ya lo ha hecho, Paris y Londres están en ello. Madrid no debe quedarse atrás.
Madrid no es ciudad para los coches. No debemos permitir que la contaminación nos siga matando lentamente.
Elige, cambia y combina como te mueves. Camina, pedalea, coje el bus, el metro, el taxi. Si te resulta imprescindible ir en coche alguna vez, vende el tuyo y apúntate al coche compartido, el car sharing, saldrás ganando en dinero y en salud. Si aún así consideras impresciondible tener un coche en propiedad, que sea eléctrico, cero emisiones. Es el futuro

3 comentarios:

Fernando Pina dijo...

Gracias Ramón por el apoyo y presencia del equipo de Movilidad del Ayuntamiento en este evento. Es el momento de dar un cambio a Madrid, de acercarnos a las ciudades europeas avanzadas, de convertir a la contaminación en historia como lo fue la época industrial del carbón y del vapor. No podemos permitirnos y dejar como herencia una ciudad sucia, irrespirable, ruidosa e intransitable.

Cada vez somos más los que circulamos en bici por Madrid, nos llamaron locos y suicidas, y cierto que bicis blancas recuerdan a compañeros que han sufrido la irresponsabilidad de los conductores. Y también locos a los que nos decidimos a cambiar nuestro coche petrolero por uno 100% eléctrico. Pero en ambos medios de transporte cada vez somos mas, ya ver ciclistas por Madrid es lo habitual y ver coches cero emisiones empieza a serlo.

Es el futuro global pero ya es el presente para las ciudades. Sólo tenemos que cambiar la mentalidad y apostar por la sostenibilidad.

Fernando M dijo...

Hola Ramón,

Estoy muy de acuerdo contigo. El problema de contaminación que tenemos en Madrid es brutal, desde Coslada, donde vivo, la boina negra siempre está presente en el horizonte. Yo intento contribuir con mi coche eléctrico y mi foro de propietarios y usuarios de estos vehículos (foroev.com) pero se necesita más concienciación, más uso de la bicicleta, más transporte público, preferiblemente eléctrico, más coche compartido y también más puntos de recarga para la gente con coches eléctricos que vive en la periferia y hace desplazamientos hasta la capital.

Gracias por vuestro apoyo decidido para mejorar la calidad de vida de los madrileños.

Saludos.

Fernando Pina dijo...

Gracias Ramón por el apoyo y presencia del equipo de Movilidad del Ayuntamiento en este evento. Es el momento de dar un cambio a Madrid, de acercarnos a las ciudades europeas avanzadas, de convertir a la contaminación en historia como lo fue la época industrial del carbón y del vapor. No podemos permitirnos y dejar como herencia una ciudad sucia, irrespirable, ruidosa e intransitable.

Cada vez somos más los que circulamos en bici por Madrid, nos llamaron locos y suicidas, y cierto que bicis blancas recuerdan a compañeros que han sufrido la irresponsabilidad de los conductores. Y también locos a los que nos decidimos a cambiar nuestro coche petrolero por uno 100% eléctrico. Pero en ambos medios de transporte cada vez somos mas, ya ver ciclistas por Madrid es lo habitual y ver coches cero emisiones empieza a serlo.

Es el futuro global pero ya es el presente para las ciudades. Sólo tenemos que cambiar la mentalidad y apostar por la sostenibilidad.